Me desperté más temprano de lo habitual aquel sábado por la mañana. El sol apenas asomaba por la ventana de mi habitación, y un extraño presentimiento me mantenía inquieta. No era la primera vez que sentía que algo no estaba bien, pero esa mañana, ese sentimiento era imposible de ignorar. Tomé mi teléfono, revisé las notificaciones y vi un mensaje de Emma, mi mejor amiga, de la noche anterior.
Mira la historia completa aquí:
¿Qué te pareció esta historia? Déjame un comentario con tu opinión.
Comments